Muchas veces nos preguntamos cómo hemos podido llegar a esto, cómo un virus puede cambiar las costumbres e implantar una «nueva normalidad» . ¿Tan fácil es?

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​Pero hay realidades que por mucha pandemia o cuarentena que exista no cambiarán, o al menos tardarán décadas en desaparecer si la sociedad no se mueve y sigue aceptándolas como algo propio.Hablamos del sistema de castas, tan arraigado en ellos. Nepal lo abolió, pero sólo en la teoría. En la práctica, siguen abundando los casos de exclusión, disputas, y trágicas muertes, siendo aceptados como hechos cotidianos. Durante décadas Nepal ha luchado por abolir la discriminación social por pertenencia a determinada casta, y en 1963 introdujo un Código Civil para convertir estos ataques en un delito punible. Por fín, en 2011 se promulgó la Ley de Intocabilidad y Discriminación, brindando así la Constitución Nepalí de 2015 protecciones claras para los dalit, casta que representa el 13 % de la población de este país de mayoría hindú.​​​​​​​​​​​​​​

No obstante, la realidad sigue siendo la que es…, las tradiciones y el carácter doblegado de sus habitantes, con coronavirus o sin él, no cambian en un país como Nepal.Luchamos por inculcar a nuestras chicas valores, no sólo a ser buenas y agradecidas, que ya lo son, y de éso tenemos tanto que aprender las sociedades occidentales, sino a ser grandes y generosas de corazón, a no diferenciar al ser humano ni por su raza, género, condición, o religión, a que ellas mismas luchen y defiendan uno de los derechos fundamentales del hombre, la IGUALDAD ante la Ley y ante los demás.Confiamos y ojalá entre todos lo consigamos, que con nuestro trabajo y su oportunidad de estudiar en colegios donde todas las castas tienen cabida, ellas serán parte de ese profundo cambio, y un día puedan elegir libremente su propio destino.