Teníamos la esperanza de volver a nuestra casa Udana, de volver a veros y compartir risas y emociones, pero los días y los meses pasan y seguimos confinadas en nuestras aldeas desde Marzo.
No nos falta trabajo, las duras tareas del campo y los animales, y las domésticas, nos ocupan la mayor parte del día. El resto lo dedicamos a nuestras clases on-line y a estudiar.
Os echamos de menos…a nuestras ‘sisters’ , a Udana, a los compañeros…
La situación empeora… La falta de movilidad para trabajar y la dificultad que hay para conseguir alimentos, está llevando a la desnutrición a muchas zonas de Nepal.
La ilusión y la esperanza de volver al colegio y a nuestra rutina escolar nos mantienen alegres pero con cierto temor, temor de ver cómo los datos sobre los afectados por el covid van empeorando día a día; nuestro sistema sanitario ni tampoco la población cuentan con los recursos suficientes para afrontar esta situación.
Miro al horizonte de nuestras bellísimas montañas y pienso… qué será de nuestro país? Qué será de nuestra gente?
Nosotras, y todos aquellos jóvenes que tenemos la posibilidad de ir a la escuela y a la universidad somos el futuro, los que tendremos que luchar y trabajar por conseguir grandes cambios en esta sociedad sumida en la pobreza, desastres naturales e injusticias sociales.
Gracias a asociaciones u otro tipo de agrupaciones de ayuda social somos cada vez más los jóvenes que tenemos acceso a la educación, y sentimos que tenemos la obligación de luchar y aguantar para, cuando todo ésto acabe, trabajar y ayudar a levantar nuestro bonito país.
Vuelvo a mirar al horizonte… y veo con esperanza que, si no nos rendimos, nuestro gran día llegará…